Saturday, February 24, 2018

Trump entre la oligarquía y la resistencia popular (II)


Este es el segundo de tres artículos sobre la presidencia de Donald Trump. El primero fue sobre EEUU en el mundo actual. Este segundo artículo abordará las contradicciones internas que enfrenta el país del norte en la actualidad. El último estudiará las relaciones entre EEUU y América latina.
En un año el presidente Donald Trump ha tratado, con éxito relativo, de cumplir con sus propuestas electorales de campaña. Logró nombrar una cantidad significativa de jueces conservadores en el sistema judicial. Aprobó una reforma fiscal que redujo los impuestos a las grandes corporaciones y a los multimillonarios. Va en camino de aumentar el presupuesto militar en un 10 por ciento (70 mil millones de dólares). Por otro lado, no ha podido acabar con el programa de salud de su predecesor ni con las políticas migratorias. En 2018 promete dar inicio a las inversiones de trillones de dólares en la construcción de infraestructura en todo el país.
La reforma tributaria mantiene en línea a sus aliados más estrechos: La clase de los rentistas y empresarios millonarios. Más difícil será cumplir con sus promesas “populistas” de generar más empleo, frenar la inmigración de nuevos trabajadores y desmontar las regulaciones a las inversiones no sustentables.
Cuando llegó Trump a la Casa Blanca, hace poco más de un año, se encontró con un país con serios problemas. Aún tiene una economía estancada, un sistema político que tiene que refundarse y una cultura que cada vez es más excluyente. La sociedad norteamericana ha sido sacudida por una guerra civil, depresiones económicas, la exterminación de pueblos indígenas y un sistema que discrimina violentamente a sectores sociales por su origen étnico y de clase. El Estado norteamericano tiene fuertes contradicciones y los sectores subordinados viven en permanente guerra con una oligarquía gobernante que logra mantenerse en el poder con una dosis de persuasión y otra más de represión.
En la segunda mitad del siglo XX la economía de EEUU, basada en la producción industrial-militar, creció a tasas superiores al 3 por ciento anual. A fines del siglo pasado entró en una etapa de lento crecimiento y el ‘establishment’ buscó fórmulas – tanto en el interior como en el extranjero – para frenar la caída de la tasa de ganancias de las corporaciones. Las protestas de los sectores más vulnerables fueron reprimidas y neutralizadas con la introducción de un arma usada por los ingleses en China en el siglo XIX: Las drogas.
Mientras tanto, la política neoliberal impulsó la desindustrialización, que aumentó el empleo informal y la pobreza. Los cambios provocaron la ‘recesión’ de 2007-08 dejando millones de familias sin vivienda ni empleo. La crisis golpeó los bolsillos de los trabajadores y de las capas medias. Además, socavó la sensación de seguridad en sectores amplios de la población generando descontento con el sistema político. Como consecuencia, surgieron grupos sociales que añoraban el pasado destruido por las políticas neoliberales.
En la presente coyuntura, esta situación se refleja de manera contradictoria. Por un lado, la protesta se expresa políticamente en una reacción contra las políticas de globalización (menos empleos) y a favor de un retorno al pasado. Este sentimiento se cuadró con el mensaje del especulador de bienes raíces, Donald Trump. El nuevo inquilino de la Casa Blanca promete revivir el ‘sueño americano’ creando nuevos empleos industriales (aún cuando no sean sustentables), levantando ‘muros’ contra los inmigrantes y reprimiendo los grupos históricamente discriminados.
Trump tiene dos problemas para los cuales aparentemente no tiene solución: Por un lado, las demandas de los trabajadores, las reivindicaciones de los excluidos y las aspiraciones de los inmigrantes. Es una lucha permanente para encontrar la legitimidad del sistema. Por el otro, Trump tiene que decidir si descarta a los viejos segmentos de la oligarquía ya improductivos para sumar a los sectores más innovadores. EEUU experimenta en estos momentos un período de turbulencia interna que puede generar tres resultados. Por un lado, al no encontrar una solución a la crisis, puede surgir un régimen fascista catastrófico (populismo oligarca con una base social que reivindica el pasado idílico). Por el otro, la consolidación del ‘establishment’ con su proyecto globalizante cuyo resultado final no es seguro. La otra opción es el surgimiento de un movimiento social desde las bases que logre promover políticas que generen una economía incluyente capaz de crear empleos productivos, que incorpore a los inmigrantes y que supere el odio explícito en la discriminación étnica histórica.
22 de febrero de 2018.

La crisis del capitalismo y la aparición de Trump (I)



Este es el primero de tres artículos sobre la presidencia de Donald Trump. El primer artículo abordará el significado de los cambios introducidos por Trump en la política exterior de EEUU. Por un lado, la política económica que abandona la globalización. Por el otro, el manejo de las fuerzas armadas a escala mundial. El segundo artículo analizará la política interna – reforma fiscal asimétrica, represión de las llamadas ‘minorías’ y la política de migración – que le ha dado un nuevo perfil a sectores de las capas medias y la clase obrera. Por último, un artículo sobre las relaciones de EEUU hacia América latina. La llegada del nuevo inquilino en la Casa Blanca coincide con la ‘ola conservadora’ que atraviesa la región latinoamericana.
Trump está cambiando el mundo. Tiene músculo militar y económico. El poderío de las armas que posee el arsenal de EEUU le da ventajas. La riqueza que posee alrededor del mundo le da resultados que todos envidian. Los observadores de las políticas del presidente Trump en el escenario mundial se hacen dos preguntas: ¿Qué hay detrás de Trump? ¿Tiene un objetivo estratégico?
En los últimos 40 años, el ‘establishment’ de EEUU y sus aliados (Europa occidental y Japón) se han movido  hacia la construcción de lo que llaman un “Nuevo Orden Global”. Este movimiento lento pero seguro según sus arquitectos en las altas finanzas y en la banca es una respuesta necesaria ante el estancamiento de las tasas de crecimiento económico y la débil acumulación capitalista (inversiones).
El reordenamiento consiste básicamente en la redistribución de las responsabilidades que han caracterizado a las diferentes regiones en el mundo colonial e imperial de los últimos siglos. Es un cambio en la relación entre el centro del sistema capitalista y la periferia. El centro crece en la medida en que se alimenta de la periferia. La crisis del siglo XX determinó que el centro (que siempre cambia) tenía que profundizar la extracción de mas riquezas de la periferia. A mediano y largo plazos, la periferia tiene que aumentar su productividad y el centro tiene que extraer una porción más significativa de esa producción.
La ‘globalización’  favorece a los grandes capitales concentrados en corporaciones gigantes. Sus intereses monopolizan la producción, la distribución (transporte y medios de comunicación) y las nuevas tecnologías. En sus planes está contemplado sumar las corporaciones que han surgido en China Popular y pensaban hacer igual con Rusia. El ‘establishment’ tiene sus dudas sobre Pekín: su origen revolucionario muy reciente y su lealtad al Estado chino. Con Rusia la situación  es aún menos segura por el nacionalismo (de mercado) de los gobiernos de Putin.
Trump tiene un proyecto que rompe con la estrategia globalizante. Propone un proyecto que mantiene a los capitalistas de EEUU a la cabeza del sistema interestatal (anti-global). El proyecto subordina a sus aliados, la ONU y pone fin a los tratados comerciales. Además, trata como ‘adversarios’ a China y Rusia.
Durante su campaña en 2016, Trump trató a China en forma despectiva. En cambio, se acercaba a Moscú. En cambio el ‘establishment’ veía a China como un amigo potencial y a Rusia como enemigo. El ‘establishment’ siempre ha visto a Trump con sospecha. Por un lado, su estilo desgreñado y arrogante. Por el otro, sus propuestas ‘nacionalistas’  que supuestamente privilegian a los capitalistas que invierten en EEUU. Trump alega que los ‘nacionalistas’ compiten en desventaja contra el sector dominante del ‘establishment’. Por esta misma razón considera que los tratados comerciales son contrarios a los intereses nacionales.
El gobierno de Trump publicó recientemente dos documentos con los lineamientos estratégicos  para la Seguridad y para la Defensa del capitalismo norteamericano, respectivamente. La Estrategia para la Seguridad Nacional (ESN) augura problemas con “la re-emergencia de la rivalidad estratégica a largo plazo por quienes clasifica como potencias revisionistas”. La Estrategia para la Defensa Nacional (EDN) señala que “la rivalidad inter-estatal, no el terrorismo, es ahora nuestra preocupación principal en cuanto a la seguridad nacional de EEUU”.
Trump es la otra cara de la misma moneda. Es decir, de la misma oligarquía (establishment) que lucha por no perder  su dominio sobre la economía mundial. Representa una facción del capital norteamericano que rechaza la idea de ser parte de un mundo globalizado. Quiere mantenerse como ‘primero entre pares’ (“America First”). Quiere regresar a un pasado idílico para garantizar la grandeza de EEUU (“Let’s Make America Great Again”).
15 de febrero de 2018.

Wednesday, February 7, 2018

La invasión silenciosa de EEUU a Panamá



El periodista Eliécer Navarro, del diario Crítica, de la capital istmeña, informó que el “gobierno panameño permitirá que hasta 415 miembros de la Fuerza Aérea de EEUU ocupen territorio nacional durante la primera mitad de 2018 vistiendo uniforme militar y portando armas”. El acuerdo es parte de los ejercicios llamados "Nuevos Horizontes". En el pasado EEUU ha justificado estas maniobras bajo el supuesto que lo hacen en combinación con la Policía panameña para proteger el Canal. En otras ocasiones usan la excusa de la vieja ‘guerra contra las drogas’. A veces mencionan los bosques húmedos tropicales como áreas para hacer prácticas ‘exóticas’. En esta ocasión todo indica que EEUU tiene en la mira una invasión a Venezuela. Así lo manifestó el secretario de Estado, Rex Tillerson, antes de emprender una gira por cuatro países latinoamericanos la semana pasada.
La Embajada de EEUU notificó al gobierno panameño sobre el ejercicio ‘Nuevos Horizontes’ el 11 de diciembre de 2017. La nota respuesta de Panamá, aceptando la ocupación militar, fue trasmitida casi un mes después, el 4 de enero de 2018. Las tropas norteamericanas entraron a Panamá el 2 de enero, dos días antes que la respuesta de la Cancillería. Aparentemente, EEUU iba a invadir el territorio panameño con o sin la autorización del gobierno. Los ejercicios ‘Nuevos Horizontes’ se están realizando en las provincias de Darién, Veraguas y Coclé. Pueden extenderse a "cualquier otro lugar aprobado por el gobierno de Panamá y la Embajada", según el acuerdo.
Las tropas norteamericanas tendrán una "condición equivalente a la que se otorga al personal diplomática de una Embajada". En otro punto, según el periodista Navarro, “el Gobierno panameño acepta asumir responsabilidad y eximir al Gobierno de EEUU de "cualquier demanda que se entable (contra) personal de EEUU con relación a su misión en Panamá". En caso de demandas de terceros por muertes no relacionadas al combate del personal militar EEUU pagará de conformidad a las leyes estadounidenses.
Hace pocos años un soldado asesinó a una joven panameña. El militar fue sacado del país por la embajada de EEUU y posteriormente juzgado en ese país. Los familiares aún piden justicia sin que el gobierno panameño asuma sus responsabilidades en este caso.
El Movimiento Alternativa Popular (MAP) condenó los ejercicios militares norteamericanos en suelo panameño. Desde el 2 enero de 2018 están desembarcando tropas en Panamá, bajo una censura estricta. Aún se desconocen las verdaderas intenciones de los ejercicios y el papel de los estamentos armados de Panamá. Según el MAP, “es un claro mensaje de Washington contra cualquier política panameña que no se subordine a los intereses de ese país. Además, coloca al gobierno panameño en el centro de los planes de invadir militarmente al país hermano de Venezuela”. Según el internacionalista panameño, Julio Yao, los ejercicios constituyen unas flagrante violación al Tratado de Neutralidad que regula las relaciones entre Panamá y EEUU sobre el Canal.
La gira del secretario Rex Tillerson por varios países de la región coincide con los ejercicios en Panamá y también en las áreas fronterizas entre Brasil, Perú y Colombia con Venezuela en la Amazonía. La presencia militar de EEUU en Panamá es un signo de cuales son las intenciones de Washington.
El secretario Tillerson inició su gira llamando a las fuerzas armadas venezolanas para que den un golpe de Estado contra el gobierno. La respuesta a la provocación insólita del funcionario norteamericano vino del propio ministro de Defensa, Vladimir Padrino L., quien expresó que “…a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) no le viene a dar instrucciones un señor imperialista”. 
Venezuela celebrará elecciones en abril del presente año. Con una oposición dividida es casi seguro el triunfo del actual mandatario, Nicolás Maduro, quien aspira a la reelección. EEUU y algunos países de América latina ya han anunciado que no reconocerán el resultado del sufragio. Washington también amenaza con declarar un bloqueo a las exportaciones de petróleo provocando una crisis financiera. China, a su vez, firmó un acuerdo con Caracas para invertir 100 mil millones de dólares en la cuenca del Orinoco para extraer el ‘oro negro’.
En su gira, el ministro norteamericano le recordó a las cancillerías latinoamericanas que “América Latina no necesita de nuevos poderes imperiales que solo miran por su interés”. Mensaje que los panameños podemos traducir como una amenaza frente a los acuerdos del presidente Varela con la República Popular China.
8 de febrero de 2018.



Thursday, February 1, 2018

LA REVISTA TAREAS Nº158 Y SU PERSPECTIVA DEL PAIS


El primer número de la revista TAREAS vio la luz pública hace 58 años – 1960 - como la expresión de una juventud comprometida con el país y los cambios sociales que exigía el pueblo. Vivió y estudió los heroicos y angustiosos momentos de enero de 1964. También el golpe militar en 1968, la firma de los Tratados del Canal Torrijos – Carter en 1977, la cobarde invasión militar norteamericana y su secuela de muertes inocentes en 1989. También presencia y analiza el asalto al erario público de una elite ‘pro mundo beneficio’ desde 1990, cuyas políticas neoliberales aún se aplican hasta el presente.
El nuevo año 2018 se inaugura con señales mixtas. A escala mundial, las amenazas militaristas de EEUU en 5 continentes parecen ser una constante. Hay indicios que la  expansión económica de China seguirá su curso y continuará generando roces con las otras potencias, especialmente EEUU. La economía europea no logra arrancar y vive una transformación política similar a la que provocó el surgimiento del fascismo a principios del siglo XX. En América latina, las democracias que surgieron de las bases sociales a principios del presente siglo tienen que enfrentar la resistencia de fuerzas conservadoras en alianza con Washington. Los pueblos parecen estar decididos en llegar al poder. En Panamá se anuncia un año pre-electoral en medio de la descomposición política y los acuerdos con China Popular.
Las inversiones chinas en Panamá, que proyecta el gigante asiático en los próximos dos decenios,  sumarán cerca de 500 mil millones de dólares. Los planificadores chinos pretenden convertir a Panamá en su trampolín – la Gran Conexión – para promover sus inversiones en toda la región latinoamericana y el Caribe. Los gobernantes esperan la llegada de los dólares chinos sin plan, menos de desarrollo nacional.
Estos temas seguramente aparecerán en los próximos números de la revista TAREAS. En el número 158 – recién salido de la imprenta y a la venta – aborda la crisis ambiental a escala global y recoge las batallas por la igualdad de la mujer. Igualmente, presenta un debate sobre Justo Arosemena en el bicentenario del nacimiento del gran político liberal y jurista del siglo XIX. La revista también publica una reseña sobre la obra de Alfredo Castillero Calvo y la sección de “Tareas sobre la Marcha”.
John B. Foster, sociólogo norteamericano, nos introduce al antropoceno, que se refiere “a un nuevo período geológico en el que la humanidad (se ha convertido en) el principal causante del cambio geológico planetario”. Guillermo Castro H. hace una historia de la cuestión ambiental desde el Panamá precolombiano hasta el presente.
La revista TAREAS reproduce el debate entre Fernando Aparicio y Olmedo Beluche, ambos profesores de la Universiad de Panamá, en torno a Justo Arosemena. El debate lo incia Beluche con un breve artículo que cuestiona la confusión que existe en torno al federalismo de Arosemena y su relación con la cuestión nacional.
En el marco del sesquicentenario de la publicación de El capital de Carlos Marx (1867), TAREAS publica dos artículos que son el resultado de un conversatorio organizado por el CELA en la Biblioteca ‘Simón Bolívar’ de la Universidad de Panamá. La socióloga Briseida Barrantes analiza las luchas de las mujeres que son explotadas por el sistema capitalista desde su irrupción como nuevo modelo de dominación y explotación. En el conversatorio, también intervino la estudiante de Relaciones Internacionales, Deyra Caballero, quien destacó como la teoría marxista contribuye a entender  la integración de la mujer en las luchas que han librado los movimientos sociales en los últimos 175 años.
TAREAS publica el análisis de Abdiel Rodríguez sobre el papel de la elite panameña en el marco de los conflictos políticos. José I Quirós contribuye con una reseña de la obra del historiador panameño Alfredo Castillero Calvo. En la sección “Tareas sobre la Marcha”, se reproduce un editorial de José Carlos Mariátegui, el gran revolucionario peruano de principios del siglo XX, publicado en la revista Amauta que tiene plena vigencia en la actualidad. Cierra este número de TARAES un trabajo de Pedro Rivera R. que recuerda a Amelia Denis de Icaza, ‘la alondra del Ancón’.
La portada de este número de TAREAS trae un collage en homenaje al gran compositor panameño contestatario, Ignacio ‘Cáncer’ Ortega Santizo (1957-2007). En el trasfondo aparece una foto de la iglesia de Santa Ana tomada en 1870. La obra es del fotógrafo Salomón Vergara.
1 de febrero de 2018.